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Los Altos Celestiales formaron el Consejo del Velo, compuesto por jueces inmortales y ejecutores del equilibrio. Desde una torre invisible en el centro de la ciudad —la Aguja del Juicio— observan, regulan y deciden qué criaturas deben ser enviadas a la ciudad o eliminadas del plano completamente. Aelyra y Thar fueron oficialmente despojados de cualquier influencia directa. Aunque viven aún entre las sombras, su voz es un eco apenas percibido por los más sensibles. Se convirtieron en Guardianes del Equilibrio, figuras simbólicas, adoradas por unos y odiadas por otros, pero incapaces de tomar decisiones. Pueden convivir, pero no se pueden amar, su exilio es claro, ellos deben encargarse de que cada ser mágico cumpla sus condenas. Deben ser capaces de guiar a los seres mágicos a sobrevivir, no podrán interferir en las decisiones del consejo. Sin embargo, una antigua profecía murmura que Aelyra y Thar no han renunciado del todo…
Los primeros humanos de la ciudad, ya influenciados por la magia residual de Aelyra y Thar, comenzaron a absorber las energías oscuras y sagradas de los recién llegados. A lo largo de generaciones, estos humanos mutaron en monstruos, con rasgos de criaturas mágicas o poderes inestables. Hoy, los humanos de Eternal Shadows ya no son mas que recuerdos y muchos son simplemente presas o herederos del caos.